lunes, 3 de marzo de 2008

Los debates

Ayer vi el segundo y definitivo debate. Si tuvieron el tiempo suficiente para prepararlo, ¿cómo hubiera sido sin tiempo? El Sr. Rodríguez (muchos empeñados en llamarle Zapatero cuando nunca he oído que llamen a nadie por su segundo apellido) debe tener un póster colgado en su habitación (algo más grande que la mía, según creo) de Kennedy. John. Qué manera más sobreactuada de decir cosas sin sentido, soltando datos en los cuales, curiosamente, nunca estoy. Lo de los puños cerrados intentando imprimir fuerza en sus palabras, daba algo de miedo. Sólo faltaba oír un golpe en la mesa para asustarme aún más. Mi presidente (y no el de escalera, que a ése lo siento más cercano), seguramente debe tener una dieta equilibrada avalada por sus dietistas y asesores: sres. asesores, ¿ingiere una cantidad suficiente de fósforo? No recordaba nada de lo que ha hecho, y sí decía cosas que nunca hizo. Ayer cuando lo escuchaba, no sin esfuerzo y sí con algo de grima, pasó por delante mía los próximos cuatro años. Algo similar, según dicen, cuando se ha estado cerca de la muerte, pero en el futuro. Mis euros valdrán menos, mis rejas serán insuficientes, mis niños no sabrán por donde pasa el pisuerga, mis mayores dependientes tendrán que esperar a morir porque de lo contrario no tendrán la ayuda prometida, mi médico me diagnosticará en cinco minutos , mi cielo será más gris, mis jóvenes vivirán con mil euros, mis mujeres seguirán muriendo porque no se las puede proteger, mis jueces seguirán aplicando una ley ajena a mí, mis inmigrantes seguirán explotados, mi cultura agredida, mi idioma "invasor" en según que sitios seguirá siendo denostado, y mi país aletargado, pausado, cabizbajo esperando mejores tiempos y, algo que le encanta al de los puños cerrados (qué miedo, insisto) mejore la coyuntura internacional. Y pensar que el posesivo es un eufemismo... Nada tengo, ni siquiera país, y mucho menos, presidente.